¿Qué es el código fonético o método Herigone?

Ventajas del código fonético o método herigone

¿Quién no ha olvidado un número justo cuando más lo necesitaba? Un teléfono, una contraseña, incluso una fecha especial. Repetimos y repetimos… y al final se esfuma. La razón es simple: los números, por sí solos, son fríos, no tienen forma ni sentido inmediato. Bueno, Pierre Hérigone, un matemático francés, se dio cuenta de ese problema y buscó una salida práctica. Su propuesta fue el método Herigone, también conocido como código fonético. Una idea que, aunque antigua, sigue siendo sorprendentemente útil hoy en día.

¿Qué es el código fonético?

El método Herigone, también conocido como código fonético o sistema mayor, es una técnica de memoria pensada para algo que siempre ha sido un dolor de cabeza: recordar números. Fue creado en el siglo XVII por el matemático y astrónomo francés Pierre Hérigone, y su propuesta sigue siendo igual de útil hoy que hace varios siglos.

La idea central es bastante directa: cada número del 0 al 9 se asocia con una o más consonantes. Esa es la base. Una vez tienes esa correspondencia, los números dejan de ser cadenas abstractas y pasan a convertirse en consonantes. A partir de ahí, se añaden vocales libremente para formar palabras completas.

Lo interesante es que esas palabras no se quedan solas. Pueden enlazarse para crear frases, pequeñas historias o imágenes mentales mucho más fáciles de retener. El resultado es que lo que antes era una secuencia de cifras difíciles de recordar, se transforma en recuerdos vivos, casi como escenas que puedes volver a visitar en tu mente.

Aprender a memorizar

¿Cómo funciona el código fonético paso a paso?

Para comprender este método hay que empezar por la base: la tabla de correspondencias. Cada número, del 0 al 9, tiene que estar asociado a una o varias consonantes. Esa es la clave que convierte cifras en palabras. A continuación, te voy a poner un ejemplo de cómo puede quedar tu tabla de correspondencias:

  • 0 → S, Z
  • 1 → T, D
  • 2 → N, Ñ
  • 3 → M
  • 4 → R
  • 5 → L
  • 6 → J, CH, SH
  • 7 → K, G
  • 8 → F, V
  • 9 → P, B

Cabe destacar que el que yo utilizo es el siguiente y el cual aprendí en el libro llamado «Desarrolla una mente prodigiosa» escrito por Ramón Campayo. Por cierto, si puedes comprar el libro y leerlo, estoy seguro que te será de mucha utilidad en tu camino para incrementar tu productividad y eficiencia. La tabla que yo utilizo es la siguiente:

NúmeroConsonantes asociadas
1t, d
2n, ñ
3m
4c, k, q
5l
6s, z
7f
8ch, j, g
9v, b, p
0r

De números a palabras

El procedimiento es sencillo:

  1. Tienes una cifra.
  2. La traduces a consonantes según la tabla.
  3. Insertas vocales para armar palabras completas.

Esa libertad de elegir las vocales es lo que vuelve el sistema tan flexible. Un mismo número puede transformarse en varias palabras distintas, y ahí entra tu creatividad para escoger la que más sentido tenga para ti.

Ejemplo de código fonético en acción

Voy a empezar con algo muy simple. Supongamos que quieres convertir el número 25. Utilizando nuestra tabla de conversiones obtenemos lo siguiente:

  • 2 → n, ñ
  • 5 → l

Las consonantes que voy a utilizar son: n – l.

Al añadir vocales obtenemos lo siguiente:
👉 obtenemos la palabra “nilo” (como el río Nilo).

El número 25 se recuerda como “Nilo”, una palabra clara, real y fácil de imaginar. Por supuesto, aquí juega un gran papel tu imaginación y hasta tus conocimientos, gustos y experiencia. Te voy a dar un ejemplo, mi película favorita de niño era el Rey León. Por lo cual, yo voy a recordar mucho la palabra Nala.

Así pues, el 25 para mí puede ser Nala.

Otro ejemplo de código fonético con el número 39

  • 3 → m.
  • 9 → v, b, p

Las consonantes que voy a utilizar son: m – p.

Añadiendo vocales:
👉 sale la palabra “mapa”.

El número 39 se convierte en “mapa”, otra palabra común y muy visual.

Un ejemplo de código fonético más difícil

Vamos a suponer que quieres memorizar el número 39639. Ya es un poco más difícil crear una palabra. Estoy seguro que podemos obtener una palabra, pero quiero que veas que podemos jugar mucho con el método Herigone y que todo depende de nuestra imaginación.

En este caso, voy a separar el número en 2, pero voy a crear una historia para ligar las dos palabras y que juntas obtenga el número que estoy buscando recordar.

Contamos con lo siguiente:

  • 3 → m.
  • 9 → v, b, p
  • 6 s, z
  • 3 → m
  • 9 v, b, p

Bueno, la primera palabra ya la tengo y está formada por el número 39, la cual es: Nala.

Ahora voy a formal la segunda palabra, la cual es Simba.

  • 6 Si
  • 3 m
  • 9 ba

De tal forma que ahora tengo a Nala y a Simba. Si junto ambas palabras formo el número: 39639. Cabe destacar que para que funcione bien el método, tienes que crear una historia. Por ejemplo, Nala va con Simba a la roca del Rey y le dice tal cosa. Cabe destacar que también tienes que enlazar lo que quieres memorizar (número) con la o las palabras que quieres memorizar.

Supongamos que el número 39639 es el número de teléfono de mi novia. Bueno, puedo incluir a mi Novia en la historia. Imaginando que ella camina por la Roca del Rey mientras mira su teléfono. Luego, de su teléfono surge Nala, la cual cae sobre Simba.

De esta forma ya tengo las dos palabras que forman el número y lo que significa ese número. Así puedes memorizar artículos, fechas importantes, etc.

La verdadera fuerza del método Herigone

El código fonético no es simplemente un truco para disfrazar números. Lo que hace es darles contexto. Las palabras evocan imágenes, las imágenes despiertan emociones, y todo eso ayuda a que la información se quede mucho más tiempo en tu memoria.

En otras palabras, pasas de luchar contra una cadena fría de cifras a trabajar con algo que tiene color, sonido y sentido. Y es justo ahí donde la memoria encuentra un aliado.

Ventajas del código fonético

El código fonético tiene varias ventajas que explican por qué, a pesar de haber nacido hace mucho tiempo, sigue apareciendo en manuales de memoria (técnicas de mnemotecnia) y en la práctica de quienes necesitan recordar números con precisión. Algunas de las ventajas son las siguientes:

  • Convierte lo abstracto en algo memorable. Nuestro cerebro está hecho para retener palabras e imágenes antes que cadenas de dígitos. Con este sistema, los números se transforman en palabras que, a su vez, evocan escenas claras o incluso absurdas, lo cual hace que permanezcan mucho más tiempo en la memoria.
  • Sirve en casi cualquier situación. Es una técnica muy versátil: puedes aplicarla para recordar fechas históricas, artículos de leyes, fórmulas, constantes matemáticas, números de teléfono, códigos o incluso cifras larguísimas. Lo mismo ayuda a estudiantes que preparan exámenes, que a alguien que no quiere olvidar un PIN.
  • Entrena la mente. Usar el método no solo permite memorizar datos concretos; también funciona como un ejercicio mental. Si lo aplicas en cosas cotidianas —por ejemplo, al mirar matrículas de coches o precios en el supermercado—, poco a poco mejoras tu concentración, tu capacidad de asociación y tu memoria.
  • Despierta la creatividad. Para que funcione, tienes que inventar asociaciones y construir imágenes mentales. Ese pequeño esfuerzo de imaginación hace que termines creando historias o escenas únicas, lo que convierte al método en un ejercicio tanto de memoria como de creatividad.
  • Ahorra tiempo. La memorización repetitiva suele ser lenta y poco eficaz. En cambio, con el código fonético es posible reducir de manera notable el tiempo necesario para fijar una cifra en la memoria.
  • Es estructurado y confiable. No se trata de repetir números sin sentido, sino de usar un sistema lógico que te permite reconstruir la cifra original a partir de la palabra o la imagen. Esto da más seguridad y confianza, algo especialmente valioso en momentos de presión como un examen.
  • Fácil de aprender. Aunque al inicio hay que dedicar un poco de esfuerzo a memorizar la tabla de correspondencias, el proceso no es complicado. Las reglas son claras y, con la práctica, la conversión de números a palabras se vuelve casi automática.

Desventajas del método Herigone

Aunque el método Herigone es muy eficaz, no está libre de limitaciones. En la práctica, hay ciertos puntos que pueden complicar su uso, sobre todo al inicio o en situaciones específicas. Algunas de las cosas que tienes que tomar en cuenta son las siguientes:

  • Requiere tiempo y práctica al comienzo. La primera barrera suele ser aprender la tabla de correspondencias entre números y consonantes. Hasta que no se automatiza, el proceso resulta lento y algo incómodo, lo que puede desanimar a quienes esperan resultados inmediatos.
  • No siempre salen palabras fáciles. A veces, la combinación de consonantes que resulta de un número es difícil de convertir en una palabra coherente o visualizable. Con números largos, de siete u ocho cifras, lo normal es dividirlos en partes y armar pequeñas frases o historias. La verdad es que yo soy mucho de libros, animes y cosas por el estilo. Por lo cual, gracias a eso obtengo muchas palabras que utilizo con este método. Por lo cual, te invito a que utilices todo lo que te gusta para que pueda ser mucho más fácil y efectivo.
  • Riesgo de interferencias. Si las imágenes que se crean son demasiado parecidas, se corre el riesgo de mezclar los recuerdos. Por ejemplo, si usas dos animales similares para representar distintos números de teléfono, puede que al final acabes confundiéndolos. Por eso es bueno intentar colocarlos en escenarios o escenas diferentes para que te ayude a diferenciar mejor.
  • No sirve para todo tipo de información. Es excelente para memorizar datos numéricos concretos, pero poco práctico para conceptos abstractos, argumentos extensos o textos largos. En esos casos funcionan mejor técnicas como los mapas mentales o el método de loci. Bueno, pero lo que sí es cierto es que puedes hacer relaciones con tus historias y así lograr aprender conceptos largos y completos a partir de una historia. Eso es lo que yo hago y me funciona muy bien.
  • El idioma influye. La facilidad del sistema varía según la lengua. En algunos idiomas es más sencillo formar palabras a partir de ciertas combinaciones de consonantes; en otros, cuesta más y hay que adaptar el código a la fonética local.

Consejos para usar mejor el código fonético

Aprender la tabla y empezar a formar palabras es solo el principio. Para sacarle de verdad el jugo al método Herigone conviene tener en cuenta algunos detalles que marcan la diferencia entre un uso básico y un uso fluido. Algunos consejos que te puedo dar son los siguientes:

  1. Empieza con números cortos. No intentes memorizar de golpe una cifra de diez dígitos. Lo recomendable es practicar con secuencias de 3 o 4 números. Así te acostumbras a la mecánica sin frustrarte. Una vez que la tabla esté bien interiorizada, puedes pasar a retos mayores.
  2. Crea imágenes llamativas (incluso absurdas). El cerebro recuerda mejor lo extraño, lo exagerado o lo cargado de emoción. Si la palabra que obtienes es “jirafa”, no te conformes con imaginar al animal quieto: visualiza una jirafa con sombrero, pintando un cuadro o colándose en tu salón. Cuanto más raro, más se fija en la memoria.
  3. Haz asociaciones personales. Las palabras tienen más fuerza cuando las conectas con tu propia vida. Si el número te da como resultado “Nilo”, puedes relacionarlo con un viaje que sueñas hacer, una película que viste o una clase de historia que te marcó. Esa relación personal refuerza el recuerdo.
  4. Combínalo con otras técnicas. El Herigone no tiene por qué ir solo. Puedes integrarlo con el método de loci (colocando las palabras en lugares de un recorrido mental) o con la repetición espaciada para repasar de manera periódica. La sinergia entre técnicas multiplica la retención.
  5. No te preocupes por palabras raras. A veces, las consonantes de un número generan términos extraños que no existen en el diccionario. No importa. Lo importante es que tengan sentido para ti y que puedas visualizar algo con ellas. Un “tapanel” puede ser perfectamente recordable si lo imaginas como un objeto inventado. Aunque, la verdad es que yo prefiero dividir los números y usar palabras que conozco, ya sea en español, inglés y hasta cosas en japonés (romanji). Yo no utilizo palabras inventadas.
  6. Practica en lo cotidiano. No esperes a tener un examen para usar el sistema. Hazlo en el día a día: memoriza matrículas de coches, códigos de productos en el súper, precios o números de serie. Esa práctica convierte el método en un hábito natural.
  7. Sé constante, no obsesivo. El método se aprende con constancia, no con maratones de estudio. Dedicar unos minutos al día es más útil que intentar memorizar toda la tabla en una sola sesión. El progreso llega de forma gradual, y esa es justamente la forma más sólida de integrarlo. La verdad es que yo le dediqué como una semana para aprender bien la tabla de conversiones y lo hacia en algunos momentos libres. Ahora ya no se me olvida la tabla.

Preguntas frecuentes sobre el método Herigone

1. ¿El método Herigone funciona para todo tipo de números?
Sí, desde teléfonos hasta fechas históricas. Solo necesitas práctica para traducir las cifras a sonidos.

2. ¿Cuánto tiempo toma aprender la tabla?
Con unos 10 minutos al día, en una semana puedes dominarla.

3. ¿Puedo inventar mis propias asociaciones?
Por supuesto. De hecho, entre más personales, más efectivas serán.

4. ¿Es mejor que otros métodos de memoria?
No necesariamente “mejor”, pero sí complementario. Puedes usarlo junto a otras técnicas para ayudarte a aprender más rápido y mejor.

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